Siempre hay tiempo para un sueño.
Siempre es tiempo de dejarse llevar
por una pasión que nos arrastre hacia el deseo.
Siempre es posible encontrar la fuerza
necesaria para alzar el vuelo y dirigirse hacia
lo alto.
Y es allí, y sólo allí, en la altura, donde
podemos desplegar nuestras alas en toda su
extensión.
Sólo allí, en lo más alto de nosotros mismos,
en lo más profundo de nuestras inquietudes
podemos separar los brazos y volar.
"La construcción de un sueño", Dulce Chacón