lunes, 21 de noviembre de 2011

Gracias...



El tiempo y el espacio se van... como un soplo. Y de nuevo, de vuelta a la rutina. Es un cambio radical, de una soleada Donosti, a la niebla y el frío. De hecho, tuvimos mucha suerte pues una semana antes llovió intensamente por esta zona,  y hasta algunos ríos se salieron de sus cauces.

La ciudad me pareció muy limpia, relajada pero, al mismo tiempo, llena de vida. Los edificios bien cuidados, la gente elegante. Un lugar ideal para vivir. Aunque reconozco que también me fascinan las ciudades no tan perfectas,  multiculturales, y con barrios populares llenos de colorido.

Soy consciente que hay que aprovechar el instante, y lo bueno que te ofrece la vida. Así que disfruté al máximo de los paseos por la playa con este sol radiante, los paisajes en el interior, Urbasa escondido entre la niebla, los aromas y sabores y, por supuesto, del día de La Behobia. Un ambiente fantástico, y la gente animando a todos los corredores con un entusiasmo que se ha quedado grabado en mi memoria. Creo que todos nos sentimos un poco ganadores este día.

Pero, sobretodo, recordaré este nuevo encuentro con los amigos. Su amabilidad, generosidad, y buen hacer. Viajar siempre me parece muy especial. Conocer lugares nuevos, costumbres, paisajes. Absorber la vida, aprender. Y con personas como ellos resulta muy fácil. Fueron unos días que nunca olvidaré.

Gracias