No pido nada excepto tiempo soleado
Lo único que pido es que se me deje estar sentado un momento más. Y observando esos pájaros.
No pido nada excepto tiempo soleado. Dentro de un minuto tendré que descolgar el teléfono. Hasta entonces una docena de pajaritos, no mayores que tazas de té, están posados en las ramas del otro lado de la ventana. De pronto dejan de cantar y vuelven la cabeza. Está claro que notan algo. Se echan a volar.
Raymond Carver
(Hoy, el escrito número 100 en mi blog!)