sábado, 31 de diciembre de 2011

El abismo del tiempo


En la galería de fotos, un amigo comentaba que el 2011 envejeció con suma rapidez. Al leerlo, al momento me vino a la memoria el libro "Por qué el tiempo pasa más rapido cuando nos hacemos mayores", del psicólogo holandés Douwe Draaisma. Un tema fascinante!

La mayoría de las experiencias nuevas tienen lugar en la niñez, la adolescencia, y la juventud. Es un período en el que aprendemos infinidad de cosas nuevas. Por eso parece que el tiempo sea más largo y tenga más sentido. No percibimos el paso del tiempo como una representación exacta de la realidad, como en los relojes. Cuando la experiencia es nueva, el cerebro gasta más energía porque se registran más detalles. La monotonía en los recuerdos nos lleva a una rutina automática de la que ni nos damos cuenta, los días y las semanas desaparecen.  Según Draaisma, el tiempo psicológico transcurre en un reloj interno, y los recuerdos fabricados por la memoria determinan la duración y el ritmo del tiempo.

El truco para alargar el tiempo, o al menos esta sensación, es realizar actividades distintas cada día. Salirse de la rutina, variar, aprender cosas nuevas. O  emprender un viaje lleno de nuevas experiencias.

Hasta aquí, todo está claro como el agua. Cuando lo releo, siempre pienso que tengo que ponerlo en práctica más a menudo. Pero cuando salgo cansada del trabajo, he visto a cientos de personas, ruido, y he andado en el metro a tope de gente... entonces sólo me apetece tumbarme en el sofá y que me dejen en paz! Nada de actividades nuevas y refrescantes.

Ahora que empieza el nuevo año, voy a intentarlo de nuevo: cambiar la rutina diaria, aunque sea un mínimo. Cada día aprender algo nuevo, otros estímulos y actividades, estar abierta a otras personas. Traspasar fronteras.

Y, sobretodo, no preocuparme demasiado del futuro. Pues, como ves, el pasado se olvida rápidamente. El libro que rescaté de mi librería descansa ahora en mi mesita de noche. Para que me acompañe y a menudo me recuerde que el tiempo es especialmente valioso.

Y se pasa tan rápido... como un suspiro.






miércoles, 28 de diciembre de 2011

Me abandonó la suerte, me dijo


- Me abandonó la suerte- me dijo el día de Navidad con mirada cansada. Parecía que en unas semanas hubiera envejecido varios años.

A lo lejos se oían las risas de los jóvenes. El árbol centelleaba con sus lucecitas de colores. Miré por la ventana. Fuera sólo se distinguía la oscuridad de la calle.

- Este año no nos visitó la nieve- pensé.


sábado, 24 de diciembre de 2011

Nochebuena con Rosa


No, no fue aquella noche
una noche cualquiera en Barcelona.
El aliento dolía, las campanas
replicaron alegres al dar la medianoche,
todo estaba
lleno de flores y papeles rojos.
Las voces, el sonido
de la zambomba oscura,
el agrio golpe de la pandereta
y mil ruidos distintos desbordando
todas las calles. Lo recuerdas, Rosa?

Anduvimos perdidos
entre el humo y la luz del barrio viejo,
nos metimos alegres
en los bares de plástico y cañizo
bebiendo aquí y allí. Mi mujer
parecía una niña
asustada. Carlos e Ivonne
estaban con nosotros.

No recuerdo la hora, pero sé
que alta la noche ya,
en la calle San Pablo, cerca
de la explanada en ruinas
en donde venden churros
y hay tiro al blanco y puestos de castañas,
vimos llegar a un grupo
de gente que cantaba aquella copla
del mira cómo beben
los peces en el río,  entonces,
coreando la canción, fuimos con ellos
hasta una tabernucha. Había pocas
mesas vacías y las viejas putas
que tenían parada en aquél sitio,
bebían y bailaban.
Se escuchaba
detrás de nuestras voces
el tumulto en la calle.

Una extraña alegría
con deje de amargura
se me pegó a la lengua. Tú mirabas,
despeinada y absorta, por todos
los rincones, preguntabas,
y entre copa y canción, eran tus ojos
dos llamas diminutas
brillando con fulgor apasionado.
Cuánto tiempo duró, quién invitaba,
qué hicimos al salir? Sólo os recuerdo
a tí y a las mujeres
temblando en los abrigos, caminando
delante de nosotros
hacía las ramblas, que eran,
ya con la luz del alba,
un río humano de bullício y fiesta.

José Agustín Goytisolo, "Nochebuena con Rosa"

viernes, 23 de diciembre de 2011

La espada de Damócles


Es surrealista lo que está sucediendo a mi alrededor

DNA, la Espada de Damócles?
...

                                    "Mi fuerza es no haberle encontrado respuesta a nada"

Emile Cioran


jueves, 22 de diciembre de 2011

Pobreza


Aquella gente apenas tenía nada, salvo montones de oro

Terry Prattchet


martes, 20 de diciembre de 2011

Alejandra Pizarnik


...de Alejandra Pizarnik.

Hace tiempo que apetecía muchísimo publicar algun poema suyo, y éste siempre me ha parecido que tiene una intensidad, una emoción difícil de expresar en palabras. Simplemente hay que sentirlo.

Cálidos poemas para disfrutarlos en esos días fríos de diciembre. Un placer.


domingo, 18 de diciembre de 2011

In Memoriam


Hoy me levanté intranquila. Es el 18 de diciembre, el día que murió mi madre, hará ocho años. Para quitarme esta sensación de encima y coger energía decidí, como cada domingo, irme a correr.  A lo largo de los años ya se ha convertido en algo rutinario y nunca resulta aburrido, aunque no le dedico mucho tiempo. El suficiente para vaciar la mente, disfrutar del paisaje, los cambios de las estaciones, y relajarme. Lo primero que hago es mirar al cielo. Esta mañana estaba cubierto por un tapiz de nubes amenazantes, y las previsiones no eran nada buenas. Lluvia, granizo e, incluso, nieve.  A pesar de todo, decidí salir. Imaginé que quizás podría hacerme un pasadizo entre las nubes, como Moisés con su varita mágica separando las aguas.

 El césped se veía de un verde brillante, debido a la intensa luz. Claroscuros casi irreales y de fuertes contrastes llenaban el paisaje. Nubes lilas, gris oscuro y blancas formaban dibujos surrealistas,  y las casitas en la lejanía parecían de juguete. Un cisne posado en el campo aleteaba con fuertes aspavientos, como si en ello se le fuera la vida.

Y la luz...esa maravillosa luz del norte, que inspiró los famosos lienzos de Ruysdael, de Koninck, y otros clásicos. Esos cielos infinitos, otra dimensión del espacio, un completo universo.

Tuve suerte. No cayó ni una gota y las nubes se alejaron durante un espacio de tiempo como por arte de magia. Al vover  a casa me tomé un café muy caliente.Volví relajada y llena de tranquilidad, y con la sensación de: "todo está bien así", recordando los buenos momentos. Cada uno vive esas duras experiencias a su manera. Cuando la semana pasada visité a mi padre en la residencia, vi que llevaba un reloj que me resultaba muy familiar. Un reloj dorado, elegante, de cadena ancha. Era el reloj de mi madre. Pero se había parado...tal como su mente también se ha quedado estancada en este mundo de los recuerdos.

En aquellos días difíciles escribí este poema. Cuando lo leo, sigue entrándome un escalofrío y revivo aquellos momentos que cambiaron mi vida. Es importante recordar.

Y, después, seguir viviendo...
--

La muerte ronda sigilosa
vestida con su túnica transparente
un intenso olor a medicamentos flota en el aire
en el pasillo, brillan las luces frías
de los fluorescentes
las puertas de las habitaciones abiertas
el suave murmullo de las visitas se aleja...

Es como el juego de la vida,
uno gana y vuelve a casa.
Otro pierde.

Sólo a una manzana,
junto a la Sagrada Familia
los turistas, ajenos a todo
sacan fotos, posan y sonríen,
en el Paseo Gaudí, los papagayos
de colores
chapurrean animadamente
juegan y se divierten
 bajo el cálido sol de diciembre.

Un olor penetrante me persigue
en la calle, en las tiendas, en el metro
entre las masas de gente
sueño con la vida, con mis años infantiles
pero me persigue la muerte.

Me encuentro con ella cara a cara
en el concurrido bar de enfrente
Suena el teléfono: "ya terminó",
me dicen.
Una sensación glacial me invade
mi cuerpo petrificado, no puedo moverme
todo sucede a cámara lenta
no hay pasado ni futuro, sólo presente.

Preparo la bolsa de lona con su mejor traje
los zapatos negros, bien lustrosos,
saco el DNI y las fotos de sus nietos
de su monedero rojo.

En este juego de la vida no hubo suerte.
Ganó la Muerte.



"La Clínica de la Cruz Roja", Rosa 2004

viernes, 16 de diciembre de 2011

Cuando olvide...

- Flor de papel, con curioso letrero, en una residencia de ancianos -

Cuando ya no sepa la diferencia entre una flor real y una de papel
Cuando mi mente olvide su aroma y su textura
Cuando me haya convertido en una planta y lo único que haga sea respirar...

Déjame morir

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mente abierta


El problema de tener una mente abierta es que la gente insiste en estar dentro y poner allí sus cosas.
...
The trouble with having a open mind, of course, is that people will insist on coming along and trying to put things in it.

Terry Pratchett


domingo, 4 de diciembre de 2011

Diligo Ergo Sum


Diligo Ergo Sum: Amo luego existo

Es la inscripción de mi anillo, que sólo lo uso en alguna ocasión especial. Siempre me ha parecido precioso, mágico. Mis manos han cambiado en esos tres años desde que se hizo la foto, pero el símbolo no ha perdido su valor. Amar las personas a tu alrededor, las cosas pequeñas que te ofrece la vida. Ser consciente que todo puede perderse en unos segundos, en un soplo. Fragilidad del ser.

Existir. Amar.Vivir




jueves, 1 de diciembre de 2011

Un tejido de luz indescifrable


Telaraña: la forma en que la baba se vuelve seda me recuerda al poema. La araña secreta sus secretos y al darles forma los expone a la vergüenza pública.

Dura poco su arte. La gente se complace en destruirlo. Por hermosas que sean, las telarañas se relacionan con el olvido, el abandono, la ruina. O cosas peores: la trampa, la tortura, la muerte.
Confesar afición o al menos respeto por las telarañas es declararse fuera del juego, al margen de la tribu. Comos si a los quince años, cuando queremos ser aceptados en el equipo de fútbol o en la pandilla, confesáramos: "Me da pena decirlo: escribo versos".

También la araña escribe en la oscuridad un tejido de luz indescifrable. Al verlo en un cuarto que nadie ha visitado en muchos años, parece la escenografía de un drama ya invisible, los restos de una épica abolida.

Telaraña: crin de un caballo espectral, puente colgante entre el mundo de aquí y la noche que siempre está esperándonos.

J.E. Pacheco