- Me abandonó la suerte- me dijo el día de Navidad con mirada cansada. Parecía que en unas semanas hubiera envejecido varios años.
A lo lejos se oían las risas de los jóvenes. El árbol centelleaba con sus lucecitas de colores. Miré por la ventana. Fuera sólo se distinguía la oscuridad de la calle.
- Este año no nos visitó la nieve- pensé.