Durante tu viaje pueden presentarse casualidades,
hechos sin aparente relación entre sí
que traen mensajes significativos para tu andar.
Estas coincidencias son un reflejo de los procesos de tu alma,
manifestaciones visibles de cambios invisibles,
cuyas raíces están en los movimientos profundos de tu ser.
Las casualidades más importantes ocurren en tí
cuando se mueven ciertas fuerzas interiores.
Si observas bien, verás que se dan en paralelo
con períodos especiales de tu vida de buscador.
Amores, fuertes fracasos, victorias,
cantos y desencantos, y hasta cambios de camino.
Estos sucesos están ligados entre sí con una rítmica perfecta.
Como si bajo la superficie de las circunstancias
existieran melodías ocultas,
mareando los pasos de tu danza cotidiana.
Al principio no los percibes, o los llamas coincidencias.
Lo verás cuando dejes de pensar en los hechos
y las cosas,
para comprender lo que relaciona las cosas
y une los hechos entre sí.
En la vida nada sucede porque sí,
todo instante tiene un orden y una razón de ser.
Y en tanto descubres el significado profundo de cada cosa,
cambia la lectura del mundo.
De modo que un día se abren las aguas en tu interior.
Entonces verás que serás tu quien se presente
a las oportunidades,
y no al revés.
Te llegarán informaciones inesperadas en intuiciones.
Si dejas actuar esta fluidez,
ella se adelantará a tu paso abriéndote
puertas insólitas.
No caminará por tí, pero liberará tu camino
de obstáculos inútiles.
Entonces no habrá más coincidencias sino
sincronicidades.
Entonces comprenderás que nada es casual,
que cada parte del mundo es parte de un
sistema mayor.
Los viajeros que aprenden a leer esta armonía
tienen la clave para dirigir sus pasos
en la dirección correcta.
"El Buscador", Mario Corradini