domingo, 10 de julio de 2011

Empatía






La vida es como un viaje en tren, donde los pasajeros se suben y bajan. Algunas personas se convierten en amigos y permanecen a tu lado durante largo tiempo. Otras se apean en las próximas paradas y desaparecen fugazmente de tu vida. Hay pasajeros con los que compartes momentos intensos, o te ayudan cuando lo realmente lo necesitas. Y cada uno de ellos te deja recuerdos, experiencias, que conservarás para siempre en tu memoria.

El tren pasa por colinas y valles apacibles y, a veces, por pasos de montaña casi infranqueables. Pero,  infatigable, siempre sigue su camino. En algún momento hay un cambio de cruce, y se necesita disminuir velocidad. Y luego sigue su trayecto con renovada energía. No se sabe dónde está el final del trayecto, lo importante es vivirlo. Intensamente.

Gracias a todos los que me acompañáis en este viaje...

(Foto: Tren de vapor de 100 años de antigüedad, trayecto de Cuenca a Azogues. Ecuador 1991)