martes, 30 de agosto de 2011

Fiesta del Azúcar


Sólo hacía unos minutos que había llegado a casa de mi trabajo. Oí el timbre de la puerta y... sí, de nuevo, mi vecino Mahjoub nos trajo un molde lleno de riquísimas galletas y panecillos dulces, de elaboración casera, para celebrar la Fiesta del Azúcar. No nos podemos quejar, pues ya es la tercera vez esta semana que nos invitan. Durante el finde pudimos disfrutar dos días seguidos de unas sabrosas empanadas rellenas de carne.

La Fiesta del Azúcar -en árabe "Id -al-fitr"- se celebra al final del Ramadán, después del mes de ayuno, y dura alrededor de tres días. "Id" significa 'un día que vuelve a menudo', "fitr", 'empezar', e "Iftar", romper el ayuno.

Durante la primera mañana, los hombres se reunen en la Mezquita para orar juntos. Algunas veces van también las mujeres, pero normalmente permanecen en casa para poder preparar la fiesta con tranquilidad. El resto del día se dedica a visitar a la familia, a comer dulces y platos endulzados, y se entregan regalos a  los familiares y  los pobres. Las mujeres acostumbran a adornarse las manos con Henna.

Según el calendario islamita, el final del Ramadán y principio de la Fiesta del Azúcar tiene lugar el primer día del décimo mes del calendario islamita (sjawwaal). Lo curioso es que no coincide en diferentes países, depende de su calendario lunar, que puede ser diferente. Por ejemplo, en Holanda, los marroquís y los turcos lo celebran en fechas distintas. La explicación es un poco complicada, así que no me alargo más en el tema.

En las noticias de hoy de la televisión, vi un reportaje sobre dicha fiesta en Indonesia. Millones de personas se desplazan de un extremo a otro del país para visitar a sus familiares, cargados de regalos, a veces enormes. Las grandes ciudades como Jakarta (con 9 millones de habitantes!) se quedan casi vacías.

Para algunos afortunados, la ciudad se convierte por unos pocos días en un paraíso...

lunes, 29 de agosto de 2011

Humor negro


Noticia del día:

 LONDRES - La empresa británica  G4S ha despedido hoy a dos guardias de seguridad, debido a que habían puesto una pulsera electrónica para reclusos en la pierna artificial del detenido.

(Que cada uno saque conclusiones...)

domingo, 28 de agosto de 2011

La mar oscura


Diez de la noche. Por fin ha amainado el fuerte viento y nos dirigimos a la playa. El cielo se ve cubierto de grandes nubes oscuras que se confunden con el mar, no hay línea divisoria, ni principio ni fin. Nos sentamos en la arena húmeda, casi tocando a las olas. A lo lejos se divisan unas luces de colores, los edificios del pueblo más cercano. Unos puntitos aquí y allá en el mar delatan la presencia de algún faro, también en una pequeña isla próxima a la costa.

Escondido entre los pliegues de la oscuridad del mar, un pequeño barco de pescadores faena en silencio. Sólo le delata una lucecita roja que se desplaza lentamente. A veces desaparece un momento, luego vuelve a brillar unos metros más lejos. Casi sin darme cuenta me imagino al pescador solitario en la noche, entre esta oscuridad cerrada, y tengo la sensación que en cualquier momento, en un descuido, un ser de las profundidades va a aparecer de repente y arrastrarle al vacío.

Espero unos minutos pero nada sucede. La mar oscura permanece en calma.

viernes, 26 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

El río


Uno..dos...tres! Abrió los ojos de nuevo. La magia no funcionó.

Se puso un albornoz rojo y se dirigió al dormitorio arrastrando sus pies descalzos. Abrió el armario. Escogió un tejano gastado, una camiseta azul claro con dos hileras de cristales Swarovski y zapatillas de deporte. Se recogió el pelo en una cola y se puso colonia fresca.

- Un buen comienzo del día-, pensó.

Bajó la escaleras, se dirigió a la cocina y puso en la radio una emisora de rock. Se preparó unas tostadas con mermelada y un zumo de naranja. Colocó el filtro en la cafetera y apretó el botón.

- Huele de maravilla!, pensó aspirando el aroma casero a café.

Se sentó a la mesa y hojeó el periódico mientras se bebía el zumo de naranja a pequeños sorbos. Después se dirigió  pausadamente al jardín. Hacía un día espléndido. Lucía el sol y ni una sola nube ensombrecía el cielo. Miró al horizonte, un avión diminuto como un alfiler dejaba una línea blanca hasta el infinito que se evaporaba al momento. Abrió la valla trasera del jardín y se montó en la bicicleta. Después de pasar unas calles poco transitadas, se encontró rápidamente en las afueras de la ciudad y se dirigió al río. Pedaleó rápido, muy rápido, hasta que empezó a sudar. Luego aflojó el ritmo y se concentró en lo que veía a su alrededor.  Un suave viento ondulaba el agua plateada, las aves acuáticas se mecían con su vaivén. A poca distancia, un pato de voz estridente se reía y un cisne se balanceaba orgulloso junto a su pareja. Los juncos junto al río silbaban con el viento.

Miró a la derecha. Una casa antigua cubierta de hiedra se divisaba al lado de la estrecha carretera. En la parte delantera, un jardín lleno de macetas multicolores y un columpio para niños.

- Parece la casa de Hansel y Gretel-, se dijo.

La carretera se hizo más angosta, desde allí sólo podían pasar bicicletas. Después de una curva oyó voces masculinas y dirigió su mirada a la orilla del río. Varios pescadores habían echado sus cañas para pescar. En el suelo se veía una tela verde caqui enrollada, parecía que contuviera un cuerpo. Por un momento, le vino a la memoria el relato de Carver en que encuentran a una chica muerta junto al río.

- Tengo demasiada imaginación-, pensó
- Seguro que estos pobres pescadores tienen una vida monótona, y nunca se les ha ocurrido asesinar a alguien-

Siguió pedaleando hasta el puente y luego decidió volver. Había pasado más de una hora y se estaba alejando demasiado de casa. Ya no se veía a nadie en esta ruta, sólo se oía el trino de los pájaros. Algunas nubes de algodón aparecieron en el horizonte.

- Es mejor que vuelva-, se dijo a si misma.

Ya cerca del barrio, se paró un momento en un bar junto al río y pidió un helado. Escogió uno de fresa de un color llamativo, le recordaba a sus años infantiles. Se sentó en un banco junto al bar y lo saboreó poco a poco.

Luego escogió una ruta más corta para volver.

"El espejo, el río, la ciudad", fragmento - Rosa 2005

viernes, 19 de agosto de 2011

Voy a ocultarme en el lenguaje


y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo

Alejandra Pizarnik

martes, 16 de agosto de 2011

Sólo ellos duermen


La noche representa la aventura. La noche es el mejor momento para cualquier clase de placer o trasgresión. La noche, sin embargo, puede cumplir también otra función liberadora, una función que se revela aún más importante a medida que van pasando los años.

Durante la noche se suspende el juicio de los que duermen. El mundo, en general, descansa de sus afanes, de sus trifulcas, incluso de sus esperanzas (es decir: en ella no estamos obligados a hacer nada). Durante la noche entra en vigor una especie de inmensa tregua que alcanza proporciones metafísicas. Si uno está despierto, tiene a su disposición una transitoria pero intensa sensación de libertad. Hay algo ingrávido en impune en la noche. Nos sentimos protegidos de nuestros enemigos pero también de la presencia de aquellos que nos quieren. Estamos a salvo del teléfono. Desistimos de esa representación de nosotros mismos que sobrellevamos penosamente a lo largo del día. Esa noche íntima, secreta, ajena a la aventura, puede degustarse en casa, arrrullados por el silencio, protegidos por el apremio del universo, leyendo o escribiendo, realizando trabajos manuales u ordenando el escritorio, fumando, cortándonos las uñas, arreglando un transistor.

Sólo la gente sin imaginación renuncia a la noche. Sólo ellos duermen.

Pedro Ugarte, "Materiales para una expedición"

lunes, 15 de agosto de 2011

Cambia tu destino


Si no puedes cambiar tu destino, cambia tu actitud

Amy Tan, escritora china

sábado, 13 de agosto de 2011

Protagonismo


A veces me cansa tanto protagonismo. Un mundo de imágenes que se suceden a un ritmo frenético, sin tiempo para detenernos en disfrutarlas. Por qué nos gusta tanto que nos alaben, que nos digan que somos los mejores, sentirnos especiales, que nos den premios de colores brillantes y las palabras, a menudo repetidas, y muchas veces vacías?
Perdimos la autenticidad en el camino.Ya no sabemos qué es vivir 'lentamente'.

Este es mi rincón intímo. Un lugar donde refugiarme, donde puedo vivir lentamente. Lo único que importa es expresarse y compartir. Con poquitos, personas que entienden.Y está bien así...

Volvamos a la sencillez.

"Ante el caótico ruido del mundo, siento la necesidad de centrarme en lo leve, lo sutil, lo aparentemente insignificante, aquello que no brilla y no es voceado por los vendedores al uso. La poesía de lo invisible"

"Taxus Baccata", Julia Otxoa

viernes, 12 de agosto de 2011

El Espejo


Se levantó aquél día con dolor de cabeza, había dormido poco durante la noche. Era un dolor en las sienes, como si un duende travieso se hubiera metido en ella, dándole patadas continuamente.

- Una buena ducha me aliviará-, pensó

 Lentamente, se dirigió al cuarto de baño arrastrando los pies descalzos. Entró y se miró en el espejo, los ojos hinchados delataban la falta de sueño. El pelo oscuro, largo y alborotado, la piel pálida. Abrió el grifo de la ducha y dejó que un chorro de agua caliente resbalara sobre su cuerpo. El cuarto de baño se llenó de vapor, ya no se distinguía nada. Con los dedos dibujó en el espejo una cara redonda, ojos saltones, orejas grandes. Una boca sonriendo. El pelo en punta, cuatro líneas verticales. Un dibujo infantil.

Limpió una parte del espejo. Luego empezó a poner caras divertidas: estiró los bordes de la boca con las manos, sacó la lengua, puso cara de asombro levantando las cejas. Apretó ligeramente la nariz hacia arriba, tenía cara de cerdito. Intentó dar a su cara una expresión misteriosa, como en las fotos de Marilyn Monroe.

Miró el reflejo de su imagen. Cerró los ojos y se imaginó que se trasladaba al otro lado del espejo, a un mundo mágico.

Uno...dos...tres!!

El Espejo, fragmento,  Rosa 2005

miércoles, 10 de agosto de 2011

Le Limousin


Le Limousine, lunes 8 de agosto

Siempre que llego a este lugar, me entra una sensación de tranquilidad total. Sólo se oye el canto de los pájaros, domina el silencio. La casa cubierta de hiedra, el jardín lleno de macetas de flores multicolores. Mi lugar preferido es la enorme explanada en la parte trasera de la casa, donde habitan algunos árboles centenarios. Esa maravillosa luz, la sensación de estar fuera del tiempo y del espacio.

Sólo llegar, subo rápidamente las antiguas escaleras que conducen a la buhardilla y abro las ventanas de par en par. Más tarde las cierro de nuevo para que no entre el sol y el dormitorio permanezca fresco. Me gusta esa luz suave que entra por la ventana, las sábanas bordadas que huelen a limpio, el sonido de mis pies descalzos sobre la madera.

Al despertar, pronto por la mañana, siempre doy un corto paseo por el jardín. En el césped brillan minúsculas gotas, restos de la humedad de la noche. Aspiro el aire fresco y puro, observo a mi alrededor.

Y luego, reemprendemos el viaje de regreso a casa.