En la pausa de mi trabajo, me gusta pasear por el puerto y mirar los barcos. Los buques cargueros y los de contenedores son mis favoritos, tienen carácter y nombres emocionantes como "Tormenta". Otros, nombres de mujeres como "Pauline", en la tercera foto. Son barcos alargados que transportan productos envasados y otros, cereales, minerales, y líquidos. A menudo se puede ver un hombre a bordo, limpiando la cubierta con una manguera a presión . En algunas ocasiones se cruzan con los barcos de contenedores, que en esta zona no llegan a ser muy grandes. Para ello hay que adentrarse más en el puerto. Los contenedores parecen cajitas de lego apiladas y tienen colores alegres como rojo, azul o blanco.
Algunas veces, sobretodo en el fin de semana, sólo saliendo por la boca del metro, me encuentro de repente con unos colosos enormes: los cruceros. Parecen ciudades completas, y puede ver a la gente en los balcones saludando a los curiosos. En un momento determinado, se oye el sonido tan característico y sabes que está a punto de partir a tierras lejanas, quizás un viaje transatlántico. Si hay suerte, incluso amarran veleros antiguos que son un placer para la vista, sólo les faltan los piratas a bordo.
Después del corto paseo me siento tranquila en un banco, e imagino que paso días y días en alta mar y viajo a países exóticos...