martes, 7 de junio de 2011

Tendiendo puentes


Hoy tuvimos en mi trabajo la despedida por jubilación de Stana, nuestra señora de la limpieza. Es servia, y hace muchos años que vive aquí. Normalmente llega al trabajo cuando ya salimos, y siempre nos saluda con "dobar dan". Así, poco a poco, vamos aprendiendo algunas palabras de su idioma. Al contrario que nosotros, que muchas veces llevamos tejanos y zapatillas de deporte, ella siempre va muy arreglada. A la última moda y como si saliera de fiesta. 

Cuando subo al piso de arriba, la veo sentada junto a su colega de Somalia, tomándose un café antes de empezar el trabajo y charlando tranquilamente. A mí siempre me parece enternecedor, esos momentos que pasan juntas conversando. Personas de países tan diferentes con pasados tan distintos.

Esta tarde, mi colega y yo le preparamos un regalo: una caja de bombones, acompañada de una postal de estilo antiguo, con unas mujeres vestidas con un traje típico holandés y sentadas en una moto. Queríamos escribirle algo en servio, así que miramos en el traductor de Google. Y de una cosa viene otra. Al final acabamos en You Tube escuchando canciones servias de la Eurovisión, y riéndonos un montón.
En plan de broma, mi colega pasó al festival del '68, cuando Massiel ganó el concurso. Y me dice de repente: "mira, aquí hay una versión en catalán, de un cantante llamado Serrat".

Serrat...el preferido de mi madre. Los puentes vienen cuando menos los esperas. Cuando era una niña, mi madre escuchaba a Serrat mientras hacía el trabajo de casa. Recuerdo perfectamente la primera vez que lo escuché. Mi madre estaba planchando en el comedor con la radio puesta, y me dijo: "mira, es un chico nuevo,  tiene una canción que me encanta: ara que tinc vint anys". Y me empezó a gustar a mí. Siempre ha sido uno de mis favoritos. Hacía tanto tiempo que no lo escuchaba!

Tenía la sensación de encontrarme en una burbuja que me trasladaba al pasado y, por unos momentos, se congeló el tiempo.

Y sentí el aroma a Mediterráneo, mi Mediterráneo...

Al despedirme, le di a Stana un beso en la mejilla, y le dejé la marca de mi  lápiz de labios en la piel. Algún día, cuando venga a visitar a sus hijos, nos tomaremos un café juntas. Y conversaremos tranquilamente, como ella hacía con su amiga.

Screcan put i dovidenja, Stana!