NUNCA VIAJES SIN UNA MALETA LLENA DE SUEÑOS...
Foto de la portada: Estación Central de Amsterdam, 1936
Es uno de mis libros de fotografía preferidos, con fotos antiguas en un blanco y negro con fuertes contrastes. Algunas fotos tienen un cierto parecido a las de Brassai o Man Ray pero, al mismo tiempo, presentan carácter propio. Misteriosas, poéticas, llenas de sensibilidad y belleza. Él prefería fotografiar en blanco y negro para que las personas lo interpretaran a su manera, ya que el color refleja demasiado la realidad.
Imágenes con luces y sombras, calles de adoquines mojados, intensa niebla, ventanas con las cortinas medio abiertas. Otra dimensión de las cosas que muchas veces no percibimos. Hace mucho tiempo que descansa sobre mi mesita de centro, y está lleno de heridas, de marcas de todo tipo. Muchas veces, en casa ponen las llaves encima sin darse cuenta que, al igual que todos los libros, tiene vida propia. Cuando me tomo un café sentada en el sofá me gusta que me acompañe en silencio. Y sobretodo, que me recuerde de vez en cuando las cosas realmente importantes de la vida.
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